Gato en la perrera


Tú y tus ojos de luna plata
que se cuelan implorantes
tras la herrumbre de esa jaula,
tú, gato triste, tú y tu pena timorata
que se cuela de soslayo, lánguida, hueca
en estos mis ojos del alma,
tu pena junto a mi pena;
tú, gato rubio, negro, blanco,
gato de tejado y calle,
arrancado a la noche, tu madre
para sin juicio...darte condena.

¿Cuál fue tu culpa?
¿Cuál tu pecado?
¿Y dónde hay un ángel que te socorra?
¿Dónde las alas que te liberen de esa mazmorra?

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